martes, 23 de febrero de 2010

Regresión

Dejando la huella de las palmas de mis manos en el cristal, me relamía y a la vez miraba con ansiedad contenida, los bollos que detrás de ese cristal me llamaban diciéndome.."cómeme..cómeme"

- Señor..¿que desea?

- Deseo con toda mi alma, el Cuerno ese de chocolate - Le dije a la panadera, mientras se lo intentaba señalar, dando toques al cristal con la punta de mi dedo indice, sobre la saliva derramada por mi boca deseosa.

- ¡El de la derecha! - Le grité nervioso, al ver que iba a cojer con las pinzas, uno más pequeño.

Al dármelo, observe que hizo un movimiento de rechazo, como si hubiera decidido en último instante..quedárselo y comérselo ella..¡jopetas con las panaderas!

Después de comprarme una botella de Cocacola de litro para mi solo, me dirigí al parque y me senté en el único banco libre de madres y allí, ante miradas de reojo y mirando yo igualmente, di buena cuenta de mi preciado botín..¡umm que buenooo!..decía en voz alta con la boca abierta, mientras el dulce y oscuro chocolate se desparramaba hacia mi barbilla y mejillas. Un niño se me acercó a pedirme un bocado y yo como buen samaritano..le dije "no, es solo mio". Se fue corriendo, entre sollozos a las faldas de su madre, la cual me dirigió una mirada de esas..de madre, pero no me importó en absoluto, ni siquiera me incomodó..todavía me quedaba medio bollo. Al terminarlo, como me había olvidado pedirle a la panadera alguna servilleta o si me la dio la perdí, utilicé lo único que tenía a mano..mis pantalones medio destruidos.."y más que van estar"..pensé mientras me reía, viendo como se teñían de marrón oscuro. Saqué mi bloc, mis lapices y mi goma de borrar Milán blanca. Lo dispuse todo sobre la madera del banco, bien colocado, todo controlado; me arrodillé en el suelo y acabé de colorear al villano que había calcado, de un comic de mi amigo Juanito..el "Sudoroso". "Sudoroso, dile a tu madre que te lave la camiseta que todavía huele..jajaja.."..le gritábamos los de la "pandi..es que "Juanito el Sudoroso" olía siempre a sudor, pero como era el único que tenía balón y encima de reglamento, pues no abusábamos mucho de él, no fuera a ser, que se enfadase, se fuera a casa y nos dejara sin partido..que buen portero que era yo..vaya estiradas..jejeje..siempre ganábamos a los "Naranjas", los llamábamos así por que iban uniformados con camisetas de fútbol naranjas, claro está...¡jooo que chulas eran! y nosotros cada uno con una camiseta diferente o sin ella algunas veces.

Observé como las niñas del parque no jugaban a nada, solo parloteaban y se enseñaban fotos del móvil unas a otras..me acordé de Carmen, ella si que jugaba bien a la Comba..yo miraba como saltaba, muy atento de su falda marrón del colegio, que oscilaba arriba y abajo a cada salto y me dejaba ver la piel de sus piernas por encima de los calcetines verdes..¡uysss que tarde era ya!..mi madre estará esperándome. Recogí todo rápido y salí pitando, me dí cuenta mientras corría a toda velocidad, que los cordones los tenía desatados..pero no me importaba, no me iba a caer..eso solo les pasa a los adultos, que no saben correr con lo cordones desatados ni atados, además..tenía mucha prisa para pararme, mi madre había prometido hacerme mi comida preferida; macarrones con tomate..¡con mucho tomate! y tampoco quería parar de correr..tenía ganas de llegar para que mi madre me diera un beso fuerte en la mejilla y me atusara, una vez más el flequillo..¡jolines que feliz era!

Sesión regresiva:

Mi querido Psicoanalista: Creo que esta usted a experimentado una regresión Psicológica.

Yo: Ya..pero lo único que hice es vivir, pensar y comportarme como un niño, durante una parte del día..¿eso es malo?

Mi querido Psicoanalista: No sé..habrá que estudiarlo en profundidad.

lunes, 15 de febrero de 2010

Vuelta

Necesitaba volver a ver esa cara. Notar esos ojos descreídos observando fijamente todos mis movimientos..¡se había convertido en una rutina tan satisfactoria para mi!. Su voz carraspeante y martilleante, sus cumplidos sin ánimo de serlo, sus tranquilizantes palabras a modo de consejo.

Por eso salí de casa o tal vez del bar..no recuerdo, para volver a verle, caminaba nervioso hacia mi coche (para este tipo de visitas es mejor coger el transporte particular..por lo que pueda acontecer), mientras pensaba si se sorprendería de verme, si le haría ilusión..tal vez el estaba tan ansioso como yo.

Llamé al timbre como en otras tantas ocasiones, me sonó igual que siempre..nunca había reparado en su sonido..descorazonador..de esos sonidos que hacen que te vayas corriendo o bien te quedes petrificado. Mientras me veía en mi mente dándome la vuelta para saltar por las escaleras, la puerta se abrió y con un ademán señorial me invito a pasar..ninguna palabra de bienvenida, ni siquiera una sonrisa dibujada o desdibujada, ni un ¡ohhh! ni un ¡ahhh!..yo tampoco dije nada y entré.

Todo estaba como antes, todo en el mismo sitio, con el mismo polvo, con la misma luz entrando por la ventana.

Sesión primera-segunda parte:

Mi querido psicoanalista: Me alegra verle, usted era uno de mis mejores pacientes, un reto, simple..pero reto al fin y al cabo.

Yo: Tenía mis dudas de venir o no, pero mi situación lo requería.

Mi querido psicoanalista: No se preocupe nos pondremos al día enseguida..ahh y las tarifas siguen siendo las mismas..a grandes males, mayores facturas.

Yo: La verdad, es que sabe hacer sentirse a uno como en casa.

Mi querido psicoanalista: Amigo mio..mi casa es su casa, mientras dure nuestro acuerdo contractual.