lunes, 1 de marzo de 2010

Piedras

Fumando..como casi siempre, oyendo los sonidos que existen fuera de la oficina y de una ciudad. Estaba sentado en un trozo de Encina..o yo que sé que árbol, porque lo que se dice entender de arboles no entiendo, como de casi nada. A mis pies entre flores, las cuales tampoco sabría decir de que clase eran, yacian dos piedras. Una al lado de la otra, impertérritas; ausentes de el aire, los olores, los cantos de los pájaros y de los ruidos de los insectos voladores y terrenales.

Cogí una en cada mano y las sopese, eran similares, pero una era más grande y rugosa en su textura; la otra más pequeña y suave, entonces decidí que la más grande era un hombre y la otra una mujer..menuda analogía.

¿Cuanto tiempo llevaban juntas?..¿algún humano "despiadrado" las habría abandonado en aquel lugar, a su suerte, juntas pero en solitario?. Parecía que la deshubicación repentina, por el hecho de haberlas tomado por separado en cada una de mis manos, les hacía felices..estaban más brillantes y hasta me pareció oír, algún sonido de placer al acariciarlas.

Tenían algún problema, eso seguro, no se hablaban y casi ni se miraban. Supuse que la convivencia obligada entre ellas y la incapacidad de relacionarse con otras piedras, ya que en aquel lugar sólo había flores, habría hecho mella en sus vidas y en su relación. ¿Serían hermanos?..tal vez algún trozo de una inmensa piedra proveniente de la montaña adyacente, que por acción erosiva del viento se acabó arrancando y cayó en ese lugar, partiéndose en esas dos casi mitades.

Meditaba lanzarlas en el bosque perdido, en direcciones opuestas, seguro que es lo que deseaban..no lo hice. Las deje en la misma posición y lugar, milímetro arriba..milímetro abajo, pero les prometí que volvería en dos semanas y si después de haber aclarado sus diferencias, fueran cuales fuesen y aún así, preferían separarse para siempre, accedería a sus deseos y me haría cómplice de su destino..destino eternamente separado.

Sesión eterna

Mi Querido Psicoanalista: ¡Vaya..vaya, mi querido ser de Porcelanosa, ahora resulta que da capacidades humanas a objetos inanimados y encima habla con ellos!

Yo: Es que..usted no escucho..sus lamentos.

Mi Querido Psicoanalista: Umm..esto es grave, tendré que estudiarlo detenidamente en posteriores sesiones y añadirlo a sus, preocupantes y excelsas paranoias recurrentes, pero le advierto que su vuelta a la interacción normalizada con sus congéneres, va a resultar harto difícil y costosa..a no ser, claro está, que prefiera vivir a partir de ahora con sus nuevas amigas.